Ucrania-Europa adolescente: una hipótesis del futuro

Paz, es lo que toda persona de buena voluntad desea. Sin embargo, ese deseo parece brillar por su ausencia en los líderes europeos, y desgraciadamente en gran parte de la población europea magistralmente adoctrinada por los medios de propaganda occidental.
Ya hemos respondido sobradamente en nuestro blog a cualquier acusación que intente catalogarnos como pro-ruso o etiquetas semejantes. Hemos dedicado una veintena de artículos con referentes analistas de alto nivel y hemos aportado pruebas para que cada uno saque sus propias conclusiones.
La guerra de Ucrania no empezó, como nos dicen los medios, en 2022. La guerra de Ucrania hay que ubicarla en un contexto geopolítico mucho más amplio, analizando la relación de sometimiento a la política exterior americana que Europa decidió después de la 2GM, principalmente a través de la OTAN, que en aquel momento parecía tener sentido para frenar el supuesto avance de la Unión Soviética.
Una vez que la Unión Soviética desapareció, la OTAN parecía tener poco sentido, ya que las grandes potencias firmaron tratados internacionales, digamos “de no imperialismo”, es decir, tanto Rusia como EEUU, la OTAN, se comprometían a no extender sus fronteras. Es allí donde la OTAN, con mil y un justificaciones se va extendiendo hasta, prácticamente acorralar a Rusia. Al mismo tiempo que se va “convenciendo” a los países, con medios no muy éticos, de un peligro llamado Rusia.
El relato mediático-político europeo habla de la expansión de Rusia al Donbas y a Crimea (nada dice de su cierta justificación histórica), pero no habla de la injerencia y expansión de la OTAN.
Que el gobierno ruso influye en la política de sus países limítrofes, es algo normal, pero hay que reconocer que no menos influye la política estadounidense en todos los países del mundo. ¿Acaso hay un país democrático sin influencia extranjera? Seamos realistas, y entendamos que hoy sólo las grandes potencias (EEUU, Rusia, China) gozan de un poco de soberanía. Por ello, es superfluo usar el argumento de influencia extranjera, como ha hecho la UE al anular descaradamente el resultado de las elecciones rumanas, y perseguir al candidato elegido por el pueblo, simplemente porque no les gusta su línea.
Permítasenos una comparación: Como el socialismo español necesita resucitar a Franco, para enfrentar a la población y obtener votos, del mismo modo EEUU ha necesitado resucitar la extinguida Unión Soviética para mantener un enemigo del pueblo europeo y así poder ofrecerle su paternalismo.
Lo que no llega a entender el ciudadano europeo es que Rusia no es su enemigo, sencillamente porque con la llegada de Putin la oligarquía descubre que el medio de enriquecerse es apostar por el capitalismo, y lo único que desean es libre comercio y que los dejen en paz negociar con quien quieran. Así, Rusia después de la Unión soviética empieza a surgir como una potencia económica prometedora. Entabla negocios millonarios con Alemania y con Europa y eso es lo que disgusta a la política americana. Se siente traicionada por su vasalla Europa. El símbolo de la amistad y beneficio mutuo de Rusia-Europa es el Nord-stream.
¿Qué ha sucedido con la llegada de Trump?
Trump no ha hecho otra cosa que hacer transparente la política exterior americana. La Europa entregada en los brazos de la paternidad estadounidense, que más que padre ha sido un explotador, hoy se ve traicionada. La traición no empieza con Trump, como se nos quiere hacer creer.
¿Qué puede suceder ahora, que hay sobre la mesa dos acuerdos “de paz”?
Los líderes europeos han puesto el grito en el cielo cuando Trump ha gritado Paz. Son demasiados los millones invertidos para que un loco venga a poner ahora paz… Alegan que Ucrania debe formar parte de este acuerdo, cuando la UE lleva 3 años tratando el conflicto con Ucrania sin invitar a Rusia.
Francia y Reino Unido liderando la UE, no contentos con la oferta de paz de Trump y Putin, ofrecen ahora un plan, que al fin, es un rearme de Ucrania, exigiendo a los países comprometidos a un aumento del gasto militar, lo llaman “acuerdo de paz”.
¿Qué es lo que temo?
Temo que EEUU, juegue como siempre ha jugado desde la 2GM con Europa, es decir provoca el conflicto y luego se hace a un lado. Puede que, Trump ceda ante la insistencia alocada de Europa de salirse con la suya, y continuar la guerra rearmando a Ucrania a la vez que crea un ejército europeo. Esto crearía un escenario bélico de confrontación real entre Europa y Rusia, que hasta el momento no ha respondido a la declaración de guerra que insistentemente vienen haciéndole los líderes europeos desde hace 3 años.
Si se da, Dios no lo quiera, que Trump ceda al capricho europeo, el caos en Europa estaría garantizado, sería el fin de la modesta estabilidad económica europea. Será el momento del cruel despertar: los mismos europeos que han votado y aplaudido a sus líderes, una vez que se vean envueltos en una guerra, pedirán a gritos que Trump los salve. Es allí, donde entrará en acción el Pacificador, anunciado en las profecías.
¿Qué podemos hacer nosotros? Rezar ante todo, pero rezar con fe para que el Señor Todopoderoso tenga misericordia de una Europa que ha apostatado de su fe y ha perdido la cabeza (toda acción tiene sus consecuencias).
En segundo lugar, hay que interesarse por comprender cómo gira el mundo (que ciertamente no es como quisiéramos que fuera), para no ilusionarse y ocupar el lugar que debemos, buscando la verdad sin apostar por ningún salvador, más que Nuestro Señor Jesucristo, quien por medio de Juan en su libro del Apocalipsis dice “Yo llegaré pronto llevando la paga para cada uno, lo que merecen sus obras. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin” (22, 12-13).
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