No será sucesor de Francisco

Nos ha parecido útil, difundir lo que el sacerdote Jaime Mercant ha aclarado sobre la sucesión de los Papas (no entramos aquí en la legitimidad del Pontificado de Jorge Mario Bergoglio, lo expondremos más adelante). En estos días, los medios de comunicación levantan voces de medias verdades y sobre todo, como no puede ser de otro modo, navegando en la superficialidad de los detalles, con una visión rastrera de los acontecimientos, que está muy alejada de la visión de fe, que debe tener el cristiano.

Obviamente, la mayoría de los medios hegemónicos, ponen las respuesta de los entrevistados que ellos consideran de la línea, en gran parte globalista, es decir anti-cristiana. Así son promovidos, desgraciadamente no pocos, cardenales que ya son claramente modernistas, decididos a timonear la Iglesia con miras terrenas.

Aquí las aclaraciones del p. Jaime Mercant.

¿Será el próximo papa el sucesor de Francisco?

Son legión los pseudoteólogos y “vendedores de humo” que toman a los fieles por imbéciles, afirmando que la “sucesión” también debe contemplarse respecto de Francisco.

Sólo desde un punto de vista “vulgar” y meramente numérico y ordinal puede entenderse que el próximo papa “sucederá” a Francisco, o sea, que aquél irá cronológicamente después de éste; nada más.

No existirá, pues, en el poder del próximo sumo pontífice, ninguna dependencia teológica ni metafísica respecto del anterior. Sin embargo, a nivel teológico y propia y estrictamente hablando, que es lo que nos interesa, el próximo papa será únicamente “sucesor de Pedro”, porque deberá ejercer no el “ministerio francisquista”, sino el “ministerio petrino” y, consecuentemente, el poder supremo de la Iglesia. Este poder supremo y el primado de jurisdicción los ejerce el papa en virtud de la “sucesión petrina”, porque la autoridad de Pedro es el “fundamento de la Iglesia”; así lo quiso y dispuso Jesucristo. Dicho poder lo recibe el papa no de modo hereditario del papa que lo ha precedido en el tiempo, tampoco de los cardenales que lo han elegido, sino directamente de Dios. O sea, desde el momento en que los cardenales eligen humanamente al nuevo papa, éste, por voluntad divina, se convierte en “sucesor de Pedro” tanto en su poder como en todas sus prerrogativas.

Dicho de otro modo, ni la herencia del papa muerto ni el escrutinio de los cardenales pueden conceder a nadie un poder supremo que todos éstos no tienen. Así pues, el “primado de Pedro” pasa a cada uno de sus sucesores, porque Dios directamente lo concede a cada uno de ellos en particular. De este modo, puede decirse que Pedro, en sus sucesores, sigue hablando desde su cátedra (ex cathedra).

Ahora bien, los sofistas y demagogos, confundiendo deliberadamente los planos y sin precisar los términos, no pretenden otra cosa que hacernos creer que el próximo papa debería ser también un “continuador ideológico” de Francisco y respetar “su legado”, omitiendo curiosamente toda referencia a la Tradición de la Iglesia. Ciertamente, como la primera corrupción se da en el lenguaje, seguirá habiendo insensatos que sigan cacareando que el próximo papa será, desde el plano teológico y no meramente cronológico, sucesor de Francisco, reduciendo, así, el “ministerio petrino” a una especie de “ministerio personalista”.

En fin, la ecuación no falla: cuanto más papólatra se es, más alejado se está de Pedro y, por ende, de Cristo, del cual es su vicario; cuanto más se “adora” a la “persona” del papa, menos en consideración se tiene su “sucesión” y “ministerio” petrinos.

FUENTE: https://x.com/JaimeMercant/status/1920380824853070172

La Iglesia que enseña ha sido sustituida por una Iglesia que escucha (no a Dios sino a los hombres) y aprende (no de Dios sino del mundo); el mensaje de salvación ha quedado reducido a un vago y evanescente humanismo cuyas miras no van más allá de una fraternidad inmanente e intramundana: la cuestión de fondo (la dice el papa Francisco) Evangelii gaudium n. 37, es la “preocupación por una sociedad justa, capaz de memoria y sin exclusión”. (Dr. Antonio Caponetto (historiador, filósofo y teólogo católico).