Enemigos dentro de la Iglesia Católica.

Los católicos, si es que nos hemos tomado en serio a Cristo, no podemos mirar para otro lado, cuando dentro de esta gran familia están ocurriendo cosas realmente graves… Y si no estamos seguro de ello, o creemos que no es así, es urgente y necesario, por amor a la Iglesia, por amor a la verdad, por fidelidad a Cristo, saber hacia dónde estamos caminando como pueblo de Dios; no de cualquier dios, sino del Dios revelado en Jesucristo, Verbo de Dios encarnado.
En esta entrada, como siempre lo hemos dicho, nosotros no te decimos lo que tienes que pensar, sólo intentamos orientarte a pensar, a dudar, a investigar, a sentir como prioritario ese entusiasmo espiritual que vivieron siempre los grandes hombres y mujeres que han beneficiado al mundo con su vida y testimonio.
¿Quiénes son esos hombres y mujeres que siguiendo a Cristo cambian el mundo? Muchas veces, no es fácil identificarlos en el momento presente, sólo después de años se han mostrado las evidencias, se han visto los frutos del árbol bueno. Entonces ¿Qué hacer? Escuchar a los profetas de nuestro tiempo. ¿Cómo reconocer a un profeta verdadero de los falsos profetas? Volviendo a la originalidad y simpleza del Evangelio y corroborando que siempre, siempre el profeta ha sido discriminado, descartado, no escuchado, incluso perseguido por los mismos que decían enarbolar la bandera de la revelación divina.
Reconocer y seguir a un profeta no es tarea fácil, pero con la ayuda de Dios es posible, entiéndase ayuda de Dios no como una luz que cae de lo alto sin que tu hagas nada, sino como una luz que Dios ya te dio que es la inteligencia, más una ayuda posible circunstancial de la gracia que pueda hacerte ver mejor “los signos de los tiempos”, es decir el momento actual que atraviesa la barca de Pedro.
Hay que leer sin prejuicios, hay que leer concienzudamente, con sentido común, con espíritu sobrenatural y también consciente del espíritu contrario a la luz. No hay que tener miedo de sentirse criticado y sentir que se critica una parroquia, una comunidad, una diócesis o la Iglesia Católica en su más alta jerarquía. Hay que acoger toda crítica y razonamiento, hay que reflexionarlo y después de un discernimiento justificado rechazarlo o acogerlo como verdad.
Difícilmente encontremos la verdad pura en cada una de las proposiciones que un autor escriba, pero es muy probable que encontremos semillas de verdad, incluso a veces, un campo lleno de muchas verdades maduradas en los planteamientos y argumentos.
Desde 2013, pero cada vez in crescendo han ido surgiendo voces autorizadas que intentan demostrar una deriva eclesial, lo cual explicaría también la esterilidad cada vez más creciente, especialmente en Occidente, por ejemplo en la vocaciones a la vida consagrada. Pero también una deriva en la doctrina moral sin precedentes. Os dejamos a continuación dos ejemplos de miles de voces autorizadas que están viendo que esta situación no cuadra con la voluntad de Cristo, y cuadra perfectamente con la voluntad del espíritu del mundo, por el cual Cristo dijo que no rezaba.
La primera es del padre Juan Razo en la red social X.
La Iglesia Católica ha sido infiltrada. Hay demasiadas evidencias de que los enemigos de la Iglesia están dentro. Son lobos vestidos de oveja. Con la bandera de la misericordia, la inclusión, el diálogo, la fraternidad, van logrando un claro objetivo: normalizar el pecado.
Es importante saber que hay enemigos internos en la Iglesia por varias razones:
1. Para no perder la fe. Hay quién deja de creer en Cristo por los pecados de los católicos. No se justifica que lo hagan, pero hay gente de buena fe que, sin ser culpable, no tiene la formación suficiente para entender el mal dentro de la Iglesia. El mal que vemos dentro de la Iglesia no viene de Cristo ni de sus palabras, ni de sus sacramentos y mandamientos, sino de los miembros pecadores que hay en su Iglesia.
2. Para no abandonar la Iglesia Católica. La Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, es Santa, no “santa y pecadora”, como erróneamente enseñan algunos. Los pecados de sus miembros no afectan su santidad, que le viene de Cristo. Los pecados son de los miembros, pero no de la Iglesia. Puede ser difícil entender esto, pero hay que recordar que la Iglesia no es una institución meramente humana, sino también divina por su Fundador. Aunque sea difícil comprender por qué Dios permite tanto mal dentro de la Iglesia, no debemos abandonar esta Arca de Salvación. Todos los pecados de los católicos no quitan ningún poder a los medios de salvación que Cristo dejó en su Iglesia: no restan verdad al Evangelio, ni poder santificador a los sacramentos, ni validez a los mandamientos. Fuera de la Iglesia no hay salvación. El demonio aprovecha los escándalos que él mismo inspira, para luego desviar a algunos católicos débiles por el camino del sedevacantismo, el protestantismo, o el abandono de los sacramentos. ¡No caigamos en esta trampa! Pase lo que pase, permanezcamos hasta la muerte en la única Iglesia fundada por Cristo: la Iglesia Católica.
3. Para no ser confundidos. Tal vez este sea el peligro mayor. Quien no sabe que la Iglesia ha sido infiltrada por gente que, desde dentro, trama su ruina, será fácilmente llevado por el camino de la perdición sin renunciar formalmente a Cristo ni a la Iglesia Católica. Los enemigos internos infiltraron ideologías, que son una distorsión del Evangelio. Después de décadas de infiltración, hay mucha gente de buena voluntad que ha sido engañada. Creen conocer la doctrina católica, pero lo que en realidad conocen es una doctrina diabólica disfrazada de Evangelio. Estas personas, sin saberlo y con buena voluntad, contribuyen a la demolición de la Iglesia porque promueven falsas doctrinas y falsas pastorales creyendo que están trabajando por el Reino de Cristo. El que tengan buena intención no quita que estén sirviendo al proyecto de satanás. Quien sabe que la Iglesia ha sido infiltrada, no cree ciegamente todo lo que dice un párroco, una religiosa, un obispo, un cardenal y hasta el Papa mismo; ni acepta ingenuamente como bueno todo lo que se permite hacer hoy en la Iglesia.
4. Para motivarnos a ser católicos militantes. Si hay enemigos dentro de la Iglesia tratando de destruirla, saberlo nos exige formarnos, para conocer sus planes y estrategias. Además, darse cuenta de ello es una gracia de Dios que exige una respuesta de nuestra parte. Si la Iglesia es atacada, tenemos obligación de defenderla. Muchos santos sufrieron grandemente la persecución de sus hermanos cristianos, pero no se quedaron callados ni esperaron pasivamente que Dios resolviera todo. San Pablo enfrentó a San Pedro cuando fue necesario hacerlo por el bien de las almas. Con mayor razón, nosotros debemos denunciar los errores de quienes se empeñan en llamar mal al bien y bien al mal. Conclusión: Sigamos a Jesucristo de verdad, convirtámonos de nuestros pecados y seamos católicos militantes. Preparémonos, porque todo parece indicar que esta batalla durará más de lo que pensamos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará (Mt 24, 12-13).
Fuente: https://x.com/PadreJRG/status/1970226434452197497
La otra es del padre Jaime Mercant
La Pachamama y Greta Thunberg están muy contentas, porque Castel Gandolfo tendrá su granja ecológica: el plástico estará prohibido y sólo podrán acceder automóviles eléctricos. Además, habrá un restaurante, en donde todo será ecosostenible, pero también woke-inclusivo… Este nuevo edén se llama Borgo Laudato Si y, en su restaurante, podrán degustarse las delicias de los frutos de la tierra, con un vino de altísima calidad, alimentos éstos muy próximos a la ambrosía de los antiguos dioses grecorromanos. ¡Qué maravilla! Ahora bien, miren ustedes que hay cocineros en el mundo, pero han tenido que elegir, como director del proyecto, a Art Smith, un célebre chef de Chicago —ciudad natal del Papa—, que, además de un excelente cocinero, es conocido por ser un activista LGTB, casado con otro señor y con cuatro hijos adoptivos.
¿Es éste otro gesto más de la Iglesia de los gestos? https://x.com/JaimeMercant/status/1969717808754806970
Lo que hemos expuesto necesita una verdadera reflexión, tampoco estamos de acuerdo en absolutamente todo, pues creemos que la situación es aún peor de lo que las citas de estos sacerdotes plantean. Busca, investiga y descubrirás por qué lo decimos.