¿El Rocío político?
La dictadura pisa fuerte en España, a tal punto, que los buitres mediáticos y políticos están al acecho revoloteando incluso sobre los actos religiosos. Ellos meten sus narices incluso en las homilías de prelados y pretenden ordenarles, lo que deben decir, y lo que deben callar. A muchos ya no nos asombra: es propio de las dictaduras sofocar cualquier intento de cordura.
Esta vez, se han abalanzado sobre el Obispo de Huelva, por sus alusiones a las próximas elecciones andaluzas. Escúchelo usted mismo aquí. (desde el minuto 6,23 lo que ha producido el escándalo).
Un mínimo de cordura, si la hubiera, se daría cuenta que el Estado es laico, pero la Iglesia no, y quienes asisten a ella, asisten porque son religiosos. No se entiende, en una supuesta democracia de la que tanto alarde hacen, por qué ha molestado tanto que se les recuerde a los fieles los valores de la identidad cristiana, que por cierto, son los que construyeron la civilización que hoy disfrutan, también ellos?
Es que los niñatos de la imposición laica no aceptan otras reglas, que las propias; las que, según ellos, son valores, como la justificación del asesinato de un hijo en el vientre materno ¡Vaya conquista!
Se han molestado porque un prelado ha mostrado a los cristianos reunidos en el Rocío, que la vida cristiana no se vive en las nubes, ni solamente en las romerías, sino que se vive en la vida cotidiana, es decir en la vida política.
No les gusta que los cristianos, usen un poquito de razón y sentido común, el suficiente para darse cuenta que esto de “nuevos derechos”, no es en pos de un respeto debido y normal a todos, por ser personas, sino de una ideología que violentamente quieren imponer a todos (ya lo están haciendo en los colegios).
Parece que, los tan amantes de la transición verde detestan la naturaleza (la humana), pues lo mencionado por el prelado tiene su fundamento, no en la religión sino en un orden natural y el derecho natural (de referencias políticas, como dice Antena 3, nada): respeto a la vida humana, promoción de la familia, derecho a la educación según las propias convicciones, respeto a la dignidad de toda persona (quien no se sienta aludido es porque no quiere), libertad religiosa, derecho de la objeción de conciencia. Todo esto, es lo que ha levantado un huracán de insultos por parte de quienes se han sentido descubiertos en su afán de totalitarismo, bajo capa de “democracia”.
Por supuesto, de la prensa chillona que ha protestado, no hay siquiera un argumento digno de tenerse en cuenta. Solamente la decepción, e incluso el odio del que ha sido descubierto. “Ha politizado una fiesta religiosa” gritan, pero creo que esta vez, esa etiqueta tan trillada no ha calado. En fin…
Los cristianos tienen el derecho y el deber de ser aleccionados respeto a sus deberes civiles, de acuerdo a su identidad religiosa. Solamente en una dictadura, ese aleccionamiento es cuestionado y perseguido.