¿Con Francisco peligra la fe católica?
La Iglesia, la de Cristo, subsistirá hasta el fin de los tiempos; de eso no caben dudas para quien cree sinceramente, pues Dios siempre cumple con sus promesas “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt. 16, 18) . Es justamente, en un contexto profético donde Jesús pronuncia aquellas palabras “Os aseguro que no pasará esta generación antes de que suceda todo esto. Cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán” (Mt. 24, 34-35). ¿Se habrá referido a nuestro tiempo? ¿A qué se refiere con “esta generación”? ¿Acaso no estamos por dar el tremendo paso del fin de la generación humana a la generación trans-humana? De hecho, el mismo Magisterio papal habla hoy de un cambio de época.
Para el católico con los pies en la tierra, alejado de las mentiras de los medios hegemónicos, no pasa desapercibido el intento de cambio radical en todas las esferas de la vida humana, incluso desde el Magisterio eclesiástico. ¿Qué ha pasado para que estos últimos años hayan sido una época de cambios tan profundos rondando sutilmente la doctrina misma de la fe y la moral cristiana que ha confesado la cristiandad desde tiempo de los apóstoles?
Es una pregunta que hoy, prácticamente todos los pastores y laicos intentan evitar. Sin embargo, el sentido común y el buen discernimiento nos dice que permanecer indiferentes ante aquello que atente contra la fe transmitida por los apóstoles, callarse ante las amenazas a la fe, máxime cuando vienen desde dentro de la Iglesia, es simplemente complicidad con el mal, con el maligno.
Ante la grotesca afirmación del Papa Francisco en Indonesia de que “todas las religiones son un camino para llegar a Dios” es deber ineludible de todo cristiano el amor, y si de amor hablamos, entre los actos de caridad, llamadas obras de misericordia se encuentra “corregir al que se equivoca”. ¿Serán valientes los pastores de la Iglesia en hacer esta obra de Misericordia con el Papa Francisco? ¿Se pasará por alto aquello que el Código de Derecho Canónico establece para todos los fieles?
Canon 212 – 1. Los fieles, conscientes de su propia responsabilidad, están obligados a seguir, por obediencia cristiana, todo aquello que los Pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo, declaran como maestros de la fe o establecen como rectores de la Iglesia. – 2. Los fieles tienen derecho a manifestar a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos. – 3. Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.
La Palabra Encarnada no nos dejó sin advertencias, y justamente fue hacia Pedro, hacia Aquel que debe ser el garante de la fe. Curiosamente o providencialmente éste evangelio se leyó en toda la Iglesia, días después de su herética declaración. Como sabemos, Cristo alabó la confesión de Pedro mostrándole el origen divino y sobre esa confesión instituyó su Iglesia. Pero también, unido a dicha confesión, Pedro mostró su debilidad, y Cristo lo reprendió como nunca y con nadie lo hizo jamás “Apártate de mí Satanás”, explicándole que lo peor que puede hacer es adoptar el pensamiento del mundo. Si eres de Cristo no puedes pensar como el mundo, sentencia válida en primer lugar para el Papa, pero también para todo bautizado. Bien claro lo dejó el Apóstol “No os acomodéis a la mentalidad de este mundo, antes bien transformaos con una voluntad nueva, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno, aceptable y perfecto” (Rom. 12, 2).
Otra advertencia a la que deberíamos prestar atención es aquella: “cuando vuelva el Hijo del Hombre ¿encontrará fe sobre la tierra? (Lc. 18, 8). Sabemos que la expresión “los últimos días” puede significar un periodo extenso en el tiempo, sabemos que en ese periodo por el aumento de la maldad el amor de muchos se enfriará (Mt. 24, 12) sabemos que Dios acortará esos días (Mt. 24, 22). Todo esto lo tenemos reflejado en el Catecismo que parece habernos dejado una profecía que estamos viendo cumplirse ante nuestros ojos, para quien quiera ver:
CATECISMO, n. 675
Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
Cuando nos preguntamos si peligra la fe católica con tales declaraciones del Pontífice tan alejadas de la Verdad de Cristo y tan cercanas a la mentalidad del mundo, no nos referimos a una excepción en la historia de la Iglesia, aunque no sin argumentos algunos ven que la situación actual va mucho más allá en su gravedad, ya que los enemigos de la Iglesia parecen haber conquistado como nunca antes su objetivo para el inicio del cambio de la fe católica, realizándolo desde dentro. Hay mucha literatura al respecto.
Nuestra fe sienta sobre la sólida base de tres pilares: La Sagrada Escritura en particular las palabras de Cristo, la interpretación de aquellos que convivieron con El, y la reafirmación que hicieron los santos Padres y el Magisterio bimilenario de la Iglesia.
¿Es posible contradecir o negar esa fe católica de un plumazo? Claro que sí: cualquier fiel que piense y diga lo contrario a la confesión de Pedro (primer Papa) “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios Vivo” (Mt. 16, 16) o lo que es lo mismo “Tu eres el Mesías” (Mc. 8, 29), está incurriendo en error, o negación de la fe cristiana, y no puede considerarse cristiano.
Si tal herejía la dice un laico, o incluso un sacerdote el daño no es tanto, como si lo dice un obispo y mucho más grave y preocupante es si tal afirmación viene nada menos de aquel que está puesto para confirmar a todos los fieles católicos en la fe de Pedro, nos referimos obviamente al Papa. Y esto es lo que ha sucedido.
Estando así la situación y no siendo esto un hecho aislado como se puede demostrar (ver enlaces abajo) ¿Habrá que preguntarse si aún es válido el dogma de la infalibilidad papal y justificar que no ha sido contradicho? Y en caso de que no se pueda conservar intacto el dogma ¿habrá que preguntarse sobre la legitimidad del Romano Pontífice? o ¿habrá que reinterpretar lo que Cristo dijo alegando que quizá Cristo no supo ver la realidad de las múltiples religiones del mundo cuando dijo “Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”?
Algunos defensores a ultranza de los errores en materia de fe y moral que el Papa expresa (no es la primera vez), han querido justificar sus palabras por el contexto, pero a ellos deberemos recordarles que la única Unidad posible, que la única Paz auténtica viene y se da por y en Cristo, y no por el dialogo, por el sincretismo de culturas y religiones, ni por un consenso universal, objetivo común buscado para instaurar el Nuevo Orden Mundial (gran reseteo, Agenda 2030). En este sentido la carta a los Efesios deja en claro que es Cristo quien reconcilia al mundo y crea una nueva humanidad. ¿Por qué el Papa no transmite esta verdad? Suficientemente clarificador es Efesios 2, 11-21.
¿Qué decir del diálogo entendido como principio absoluto al que apela tantas veces J.M. Bergoglio? No encontramos en el Evangelio, ni en el decir y obrar de Cristo el diálogo como principio absoluto. Siempre que Jesús dialoga es para llevar al interlocutor a la Verdad que El trajo. El, como Dios, es el único Maestro.
La Iglesia siempre estuvo abierta al diálogo, pero según el ejemplo de Cristo: Cristo dialogó, pero no sobre todo; no hizo del diálogo el principio fundante y universal de la vida humana y cristiana.
Cristo como Hijo de Dios venido del Padre, vino a traer la Verdad de la Vida, no a buscarla a través de un diálogo con los pensamientos y creencias de los hombres. El vino a mostrarnos el Camino (su persona) y no a buscar en fraternidad caminos que lleven a Dios.
Cristo vino al mundo, justamente para decirnos que no todas las religiones llevan a Dios, es más, vino a decirnos que sólo hay una que lleva a Dios, aquella que Dios mismo ha dado a la humanidad para alcanzarlo. Así lo testimonió Jesús en sentencias como “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mi” (Jn 14, 6), “Para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la Verdad” (Jn 18, 37). “Quien no entra por la Puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte es un ladrón y salteador, pero el que entra por la Puerta, es el Pastor de las ovejas”; y muchas más (Jn 10, 1).
¿Se los criticará de rígidos a los pastores que enseñen a entrar por la puerta? ¿Se los tachará de “poco pastores”, “poco fraternos” “poco misericordiosos” a quienes digan que sólo hay un camino de Salvación y ese camino es Cristo?
Peligra la fe católica, significa que la fe, especialmente de los débiles según la Escritura, se ve trastocada, comprometida, confundida al escuchar la negación rotunda de todos los pilares de la fe cristiana, pues si como ha dicho el Papa Francisco “todas las religiones llevan a Dios”, la Encarnación y Redención deja de tener sentido, es decir la Sangre de Cristo no sirvió de nada, ya que sin ella nos podemos salvar y llegar a Dios.
Si “todas las religiones llevan a Dios”, entonces deberemos cambiar la enseñanza de un Dios que se ha revelado y elegido un pueblo para comunicarse con el ser humano. Por el contrario deberemos enseñar desde la catequesis, que todos estamos en búsqueda del camino que conduce a Dios, que nuestra religión es como las demás, una de las múltiples indagaciones y manifestaciones culturales de nuestra buena voluntad y esfuerzos para alcanzar a Dios. ¿Para qué la historia judeo-cristiana, para qué los profetas, y en definitiva para qué Cristo?
Si “todas las religiones llevan a Dios” no hay necesidad de la Iglesia, ni de sacerdotes, ni obispos, ni ritos, ni sacramentos, pues si aquellos que estando en religiones que no tiene ni esto ni aquello llegan a Dios, significa que la misma Iglesia es sustituible por cualquier otra institución. Alguno dirá que la Iglesia católica es necesaria para Occidente para conservar las costumbres y ritos aunque represente un camino más, especialmente válido para los bautizados. Quién diga esto, no ha entendido la fe católica pues cada rito es válido solo si es expresión de la fe que confesamos en el Credo, de lo contrario es puro envoltorio, pura manifestación cultural que no puede dar la salvación.
Quizá ahora se entienda mejor y haya quedado al descubierto las continuas reprimendas de Francisco al proselitismo, en realidad parece ser que aquel mandato de Jesús ha sido mal interpretado en toda la historia de la Iglesia: no era ir a todo el mundo y predicar el Evangelio enseñándoles a mandar todo lo que Jesús ha dicho, sino ir al mundo y decir que cada uno siga en su propia creencia. Esto fue justamente lo que acaba de decir Francisco en la Mezquita más grande de Asia:
“Los animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables”.
En fin, los fieles católicos tenemos como deber de obra de misericordia, recordar al que ocupa hoy la Sede de Pedro, el catecismo básico confesado por la primitiva Iglesia martirial “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4, 12).
Y convendrá también recordarnos y evangelizar siempre lo que Pablo, columna de la Iglesia, anunció incluyéndose El y los Apóstoles “si nosotros o un ángel del cielo os anunciara una Buena Noticia (Evangelio) distinta a la que os hemos anunciado, sea maldito” (Gal. 1, 8).
Cristo repetidas veces dejó en claro la contradicción, enemistad y oposición entre el espíritu del mundo, su mentalidad y la Verdad que El vino a revelarnos. De ahí que San Juan en su primera carta capítulo 4 nos alerta:
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
Ciertamente que al decir que todas las religiones llevan a Dios se está negando la esencia de Dios, que es trino y cuyo Hijo eterno se encarnó.
Francisco no ha ocultado en ningún momento su afán de cambio, pero de cambio rotundo, de un gran reseteo en la Iglesia y sobre todo en lo que atañe a la fe y la moral. Pues parece que se está dando prisas…
ENLACES DE AYUDA AL DISCERNIMIENTO
“Francisco el Papa de todas la religiones” así lo llama en el 2021 un antiguo corresponsal de ABC. https://infovaticana.com/2021/02/23/corresponsal-vaticano-de-abc-francisco-es-el-papa-de-todas-las-religiones/
Que no es un caso aislado esta declaración lo muestra este sitio en innumerables artículos: https://comovaradealmendro.es/category/nuestros-articulos/actualidad/
Una fraternidad al margen de Cristo y con un Dios Padre indefinido https://es.zenit.org/2023/03/12/10-anos-con-el-papa-francisco-las-religiones-al-servicio-de-la-fraternidad/
* No todo lo expresado en el siguiente portal está en consonancia con la fe católica, en particular las afirmaciones de sectores lefebvristas que confunden el Magisterio de Francisco con el de los Papas anteriores.
La discontinuidad o ruptura con la fe católica: https://adelantelafe.com/francisco-en-asia-todas-las-religiones-llevan-a-dios-pio-xi-esa-opinion-es-falsa/
El sincretismo otras veces criticado, ahora es usado por Francisco https://infovaticana.com/2024/09/13/enesima-declaracion-sincretista-del-papa-todas-las-religiones-son-un-camino-para-llegar-a-dios/
Recta interpretación del Catecismo respecto al mandato misionero de Cristo y la relación con otras religiones: https://www.quenotelacuenten.org/2024/09/14/sobre-si-todas-las-religiones-son-iguales/