El mono de Dios y la Iglesia

A pesar de los esfuerzos mediáticos de los políticos, la situación no va mejor; algo parecido sucede en la Iglesia Católica que tiene a disposición un gran aparato de comunicación para llegar a sus más de 1400 millones de católicos en el mundo.

Parece que, la hegemonía del espíritu postconciliar que ha dominado durante décadas y sigue hoy permeando las comunidades católicas, no está dando el fruto prometido, a pesar de haber renunciado, no solo a la sotana, sino a todo atisbo de tradición católica.

En lugares donde se nota, por ejemplo, un aumento de vocaciones son precisamente porque sus fieles y clero viven según un espíritu contrario al que llamamos progresismo católico, o modernismo, formidablemente promovido por el último Papa difunto, bajo distintos conceptos ambiguos como el de sinodalidad.

Ante la clara evidencia de una deriva de la fe cristiana en sus postulados, y en la vida misma que es la pastoral, cada vez hay más católicos que empiezan a darse cuenta de las grietas de la Iglesia provocadas desde dentro.

La cuestión no es fácil, y lo que estamos escribiendo no creo sea comprensible para gente que no es de Iglesia; aunque también es cierto que el video que os queremos proponer en esta entrada, puede ayudar a muchos “creyentes católicos no practicantes” a darse cuenta que esto de La Iglesia es una realidad compleja, dado que es una creación del mismo Jesucristo y pertenece a dos dimensiones de la realidad, la natural, humana, falible y la sobrenatural, eterna, veraz, santa.

Os dejamos la entrevista al p. Pedro, que reboza de claridad y síntesis para explicarnos cuestiones complejas, y la difícil situación en la que se encuentra hoy la Iglesia católica, es decir todos, desde la jerarquía hasta el último bautizado.

Ya que el entrevistado no tiene intención de ser exhaustivo con los temas que trata, viene bien coger los principios que el enumera, para poder hacerse con los recursos necesarios para un buen discernimiento.

Que cada uno saque sus propias conclusiones, y recordad la historia de los tiempos arrianos. Dios no fijó la esencia de su Iglesia en un número, sino en la fidelidad a su plan.