Halloween católico

El título de esta entrada es una contradicción, un absurdo para quien todavía tiene fe en Cristo.
Cuando nos acercamos a una de las fiestas más solemnes de año cristiano, la Solemnidad de todos los santos, para una gran mayoría de bautizados ignorantes de su propia fe, llega el día del miedo, del susto, de la diversión con lo macabro y tenebroso.
La nueva generación de padres, ya sufrieron el silencio de sus padres sobre este tema, silencio que nacía de la despreocupación por conocer la propia fe. Pero aquí no se trata de un manual al que seguir rígidamente, se trata de preguntarse seriamente ¿Qué dijo Cristo sobre estos temas? Porque Halloween va mucho más allá de un ingenuo pasatiempo o una expresión folcklorica-cultural, como hemos ya dicho otras veces en este blog.
Cura de la Iglesia sinodal hallowenista
Es que el católico moderno, en su gran mayoría, ni siquiera sabe identificar el para qué vino Cristo al mundo. Y aquí, no echemos la culpa a los fieles solamente, son innumerables los pastores que desde el púlpito han vuelto a la religión católica un club de amigos, donde se hablan cosas positivas, donde “no existen los enemigos”, todo va sobre ruedas.
Cristo vino al mundo para advertirnos del poder del mal. Vino al mundo, para decirnos que esta vida terrena está marcada necesariamente por el combate de cada día, combate que libramos con alegría interior de estar sirviendo al Vencedor, pero combate recio, donde lo primero, y tan repetido por Cristo es no tener miedo. Sin embargo, hoy desde el púlpito se tiene miedo a los políticos, se tiene miedo a los medios, se tiene miedo a la crítica, al qué dirán… y entonces la verdad se calla. ¿Callar la verdad no es callar a Cristo?
El deseo que brota del corazón que agradece la fe como don de Dios, es que estos días se enaltezca lo bello, lo bueno, lo eterno y se denuncie lo oscuro, dejando de ser ingenuos…
