Padre nuestro 2023
Padre nuestro, que tomemos conciencia de nuestra fraternidad y amemos a todos, sin que por ello dejemos de reconocer el error, la mentira y el engaño en el hermano. Que sepamos, en primer lugar, reconocer nuestros pecados y agradezcamos al hermano que nos lo hace ver. Que no confundamos respetar con aprobar, ni misericordia con injusticia. Padre, Tú eres Dios, nosotros creaturas, necesitadas y dependientes de Ti; haz que conscientemente te reconozcamos como tal, Señor del Universo y de la historia, y dueño de toda vida humana.
Padre nuestro que estás en el cielo, que no dejemos de orientar nuestra vida y nuestras obras hacia ese cielo para el cual nos has creado. Nuestro destino es trascendente y eterno. Que soñemos con él, que lo deseemos de verdad, que luchemos cada día por unir nuestros pobres méritos a la Sangre que nos abrió sus puertas. Que jamás reduzcamos nuestra vida cristiana a las mezquinas fronteras de este mundo, con la ilusoria pretensión del paraíso en la tierra.
Santificado sea tu nombre. De nada nos vale, Padre, ser buenos vecinos, buenos ciudadanos, buen esposo o esposa, si de Ti, merecedor de todo, nos olvidamos o no te ponemos en primer lugar. Haz que respiremos cada día por la oración, el culto y la alabanza a Ti, fuente de todo bien. Alabado seas, Señor, en cada familia, y en toda la sociedad.
Venga a nosotros tu Reino. Bien sabemos que tu reino tiene que cumplirse en plenitud. Danos, Padre, un deseo ardiente de llevar tu Palabra a todos los hombres y mujeres de toda condición, raza o religión, convencidos de que sólo Cristo tu Hijo es el único Salvador del mundo, la Verdad absoluta, el Camino que conduce a la Vida. Que los deseos ardientes de esperar cada día su venida gloriosa sean nuestro distintivo, y la fuente de nuestra mayor esperanza.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Padre, no somos más que creaturas; como humanidad en el Edén ya te hemos rechazado; nuestra naturaleza está herida; frecuentemente caemos en el error. Quítanos ese orgullo de creer que nuestra voluntad puede ser mejor que aquello que Tú, Padre amoroso, nos comunicas a través de Cristo, tu Hijo, Camino y modelo a imitar.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Padre, que sepamos reconocer cada día, que todos los bienes Te los debemos a Ti; que jamás nos olvidemos de pedirte sin usar y menos, abusar de Ti: pedirte sin egoísmos, pedirte y aprender a darte también de lo nuestro, compartiendo con nuestros hermanos lo que tenemos de valor y no las sobras.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Padre, en una sociedad que confunde el mal con el bien, la mentira con la verdad, enséñanos a descubrir nuevamente el camino del arrepentimiento. Ábrenos los ojos al valor del sacramento de la Confesión. Que nuestra confianza en tu Misericordia divina no se torne una excusa para vivir en las tinieblas del pecado. Danos fuerza de voluntad para perdonar con sinceridad, sabiendo que Tú nos has perdonado primero.
No nos dejes caer en la tentación. Padre Celestial, las asechanzas del mal son numerosas, la mentalidad mundana odia a tu Hijo y su obra, no permitas que caigamos en las trampas vestidas de luz, seguridad, paz, bienestar o etiquetas de un mundo mejor, incluso más fraterno. Ilumina nuestra mente para saber discernir los engaños y no ceder ante ese nuevo orden contrario a tus designios.
Líbranos del mal. Señor, ten piedad de nosotros y líbranos del mal de nuestras propias oscuridades, del mal del mundo que hoy atenta contra la espiritualidad, lo sagrado, la vida, incluso la identidad con la que cada uno viene al mundo. Padre, líbranos del espíritu del Maligno y enséñanos a buscar constantemente la fuerza de tu divino Espíritu.
Amén. Sí, Padre Amado, que nuestra alma esté unida y en consonancia cada día más sincera con el Amén, tu Hijo amado, Aquel que vino no a cumplir su voluntad sino la voluntad del que lo envió.