San Miguel Arcángel, siglo XXI
En particular el Arcángel san Miguel, es quien nos enseña que los derechos de Dios se defienden; su grito al inicio de la historia, o en la meta-historia ¡Quién como Dios!, lo identifica, e identifica su misión en los aconteceres del mundo, hasta el fin de la historia.
Miguel empuña la espada contra el enemigo infernal, y muestra al hombre de las tribus de Israel, como al de las megápolis modernas, que la vida humana es un combate contra las fuerzas del mal que, desgraciadamente, acechan y reclutan adeptos, y de cuya influencia no se libra nadie por ser Papa, mecánico, o pastor. Allí está Miguel, como mensajero de Luz, no la suya, sino la divina. Allí está Miguel contra la luz de quien se creyó “otro” dios y que invita a la humanidad a seguir por el mismo camino. Y la humanidad enceguecida le está haciendo caso.
San Miguel es lo contrario al pensamiento católico de tendencia viral en nuestros días. Quienes viven de la fe y ponen la mirada en el Arcángel de la milicia celestial, están lejos del actual “católico tipo” incapaz de levantar la voz, por miedo, por diplomacia o por pusilanimidad; sumiso a los dictámenes de Estado, a veces por consejo de los mismos pastores, cómodo de flirtear con el mundo, enajenado con la utopía del diálogo y la fraternidad que propone la nueva religión del gran reseteo. Diálogo en todo y con todos, incluso con el mismo demonio si hiciera falta. Todo ello camuflado, con la cuidadosa narrativa de una Iglesia en camino, que en realidad ha decidido cambiar de camino: mantener el aparataje institucional y el lenguaje cristiano, pero alejarse del Camino, con mayúsculas y el único Salvador, ayer hoy y siempre.
San Miguel sigue siendo hoy el jefe de las milicias celestes, encargado de defender lo que no defienden los mismos que dicen seguir a Cristo. Miguel sigue siendo quien luchará con la falsa y demoníaca paz, desde hace décadas buscada, financiada y promocionada por hombres y mujeres, “consagradas” al culto del “Otro” como bien lo profetizó Cristo.
San Miguel, estratega y fiel ejecutor de los mandatos divinos, está y estará junto a quienes, con obras de verdad y corazón humilde, estén decididos al martirio con tal de no ceder a los halagos “política y eclesialmente correctos” que el falso pacificador ofrecerá. El, los arrojará al abismo, en nombre de Aquel por quien y para quien fueron creadas todas las cosas.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio y de aquellos que lo siguen.