Si te dicen borrego…
De la infinidad de modos que tenemos los humanos de atraer la atención de nuestro interlocutor, están las etiquetas tan usadas hoy: negacionista, facha, zurdo, covidiota, borrego… Quizá lo inteligente sea el ser lo suficientemente maduro para gestionar y aprovechar la etiqueta que se nos pone.
En lo que toca al término “borrego”, podríamos definirlo como aquel que sigue a la masa, sin atreverse a cuestionar nada de lo que oficialmente (TV e instituciones “democráticas”) le digan y expliquen. Basta que lo diga “papá TV, ONU, OMS, Ministerio de… Experto N.N. Director de… para que sea, sin más, aceptado. El argumento de autoridad por encima de todo; aunque no toda autoridad sino la que promocionen las instituciones y medios.
Ante la etiqueta de “borrego”, una actitud inteligente sería preguntarse ¿acaso yo lo soy? y hacer una especie de “examen de conciencia” sobre la obediencia, o no, a los postulados de la sociedad e instituciones en quien cree, quizá con fe ciega, en materia de salud, política, educación, incluso religión.
Otra actitud inteligente sería, dejar de lado la sensibilidad y no ofenderse, sino más bien buscar los motivos por los cuales algunos (quizá con poca delicadeza y caridad) me aplican esta etiqueta: ¿Y si tienen razón? ¿Y si lo hacen por mi bien, aunque el modo o la palabra no sea la adecuada? ¿Qué voy a perder si desde la neutralidad analizo sus argumentos?
Esta actitud inteligente debiera poner al menos en suspenso cuestiones que, en estos últimos años, se han mostrado “poco evidentes”: desde el origen natural de un virus, pasando por las medidas draconianas ahora confesadas anti-científicas, hasta la seguridad de las vacunas; o “la amenaza rusa”, reiniciando ahora, lo que viene de hace décadas, el relato predominante del cambio climático (antes calentamiento global).
Creo que es indispensable en toda la temática punta de este nuevo orden mundial, preguntarse si la causa del supuesto problema es la que nos imponen creer. Los efectos podemos verlos, padecerlos, pero la clave está en la causa que lo provoca y en el remedio que te proponen para solucionarlo. Tenedlo en cuenta, porque ello ha sido el principio que hemos aportado en www.percepcionactual.com para desenmascarar muchas mentiras.
El siguiente enlace a un artículo que sigue esta temática os puede interesar, como también tener una versión alternativa a la de los medios hegemónicos: