Con la intubación se mató a muchos

Publicamos a continuación, un artículo más de la Dra. Karina Acevedo Whitehouse. Antes quisiéramos ofreceros el contexto, del cual ya hemos hablado aquí, y recientemente aquí, pues nada se entenderá sin caer en la cuenta de que la ética médica, en gran parte se ha pervertido, por las políticas globales y ordenamientos de la OMS, al servicio de la industria farmacéutica. El plan de hacerse con los datos clínicos y la salud mundial (Tratado de Pandemias) sigue en pie, y la OMS no descansará hasta conseguirlo, porque así se lo piden sus financiadores.  

Artículo, carta de la Dra. Karina Acevedo

Estimados miembros de Akasha Comunidad: En 2021 impartí una clase por invitación a los estudiantes de Medicina de una universidad en México. La charla la titulé “La otra cara de la moneda” (https://www.youtube.com/watch?v=llwHUuWmioY), y resultó – sin que esa fuera mi intención, ya que no se me indicó que sería compartida la clase en las redes sociales – que ha sido de los vídeos más vistos de entre las charlas, seminarios y clases sobre el tema COVID que he impartido.
Como parte de los temas que abordé en la clase, expliqué que la intubación endotraqueal como tratamiento de los pacientes que llegaban a la unidad de cuidados intensivos presentando baja saturación de oxígeno (hipoxemia), en muchos casos, acababa matando al paciente. Lo dije (y, lo sostengo) porque, por más que les moleste a algunos, esos eran los datos oficiales. Y no era una casualidad o un evento sin explicación el que esos fueran los datos oficiales. Reflejaban que el problema de la mayoría de esos pacientes con hipoxemia no era de falta de ventilación per se, a diferencia de lo que sí ocurre, por ejemplo, en personas que tuvieron un golpe en la base del cráneo que afectó las funciones del bulbo raquídeo, o por algún otro motivo que esté afectando su habilidad de realizar la ventilación de forma autónoma (como distrofia muscular, miositis, crisis de miastenia, o Guillain-Barré), pacientes con trauma en la caja toráxica, neumotórax; pacientes que están en coma, pacientes con una sobredosis de ciertas drogas, pacientes con defecto en llenado alveolar, edema pulmonar, fibrosis pulmonar, y algunos tipos de neumonías).

El problema de los pacientes con un cuadro severo de COVID-19, era en realidad una inflamación muy severa que afectaba el epitelio y endotelio de los alveolos, que se daba por factores intrínsecos (del paciente mismo, pues) y que debido a los absurdos protocolos que se usaron en la mayoría de los países (esos que aconsejaban “tómate un paracetamol y vete a casa a esperar si empeoras”), los pacientes con un sistema inmune propenso a sostener un cuadro inflamatorio empeoraban al punto de afectar de forma severa su oxigenación. En la mayoría de esos pacientes, realizar una intubación para realizar la ventilación mecánica con presión positiva era, por tanto, un riesgo a su vida, porque podía ocasionarles (el procedimiento mismo) un trauma severo en los pulmones (no crean que lo dije a los estudiantes de Medicina por mis pistolas, o por licencia creativa; lo dije porque ya había, incluso en el 2021, varias publicaciones científicas que lo decían). Y justo por eso, como dije en su momento y en respuesta a algunos médicos que se indignaron, la supervivencia de las personas con cuadros COVID severos que eran intubados fue tan baja.

Hace un par de semanas, Gao y colaboradores publicaron un estudio titulado (traducido del inglés) “Aprendizaje automático asocia la neumonía secundaria no responsiva a mortalidad en pacientes con neumonía severa, incluyendo COVID-19” (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37104035/). Ojo, que el término “neumonía secundaria” de los autores, se refiere (indicado bien clarito en el texto) a neumonía secundaria a la ventilación mecánica (de aquí en adelante neumonía asociada al uso de ventilador). En palabras de los autores, la neumonía asociada al uso de ventilador en los pacientes con COVID-19 severo es ocasionado por una desregulación del microbioma y por un desequilibrio entre las diferentes respuestas inmunes del paciente intubado, en el que son favorecidos la inflamación y el daño, en vez de resolución y reparación.

Lo que encontraron Gao y colaboradores es que la neumonía asociada al uso de ventilador en pacientes con COVID-19 ocurría en el 57.4% de los casos (mucho más que en otros pacientes que eran intubados), y que la tasa de mortalidad era del 76.5% en aquellos pacientes en los que no era exitosamente resuelta la neumonía asociada al uso de ventilador. ¡Uff! También vieron que la mortalidad era significativamente mayor en pacientes que habían tenido un episodio no resuelto de neumonía asociada al uso de ventilador (en ellos, la mortalidad era del 76.4%). También vieron que, en comparación con otros pacientes que tenían neumonía severa y falla respiratoria por otras causas, los pacientes con COVID-19 que eran intubados permanecían más tiempo (dos veces más, aproximadamente) en estados clínicos de disfunción respiratoria. Además, a diferencia de lo que se observaba en otros pacientes, la evolución de la neumonía asociada al uso de ventilador pasaba por muy pocas transiciones clínicas, lo que significa que ese estado crítico de los pacientes con COVID-19 que eran intubados no se debía a una falla multiorgánica (como la observada por una tormenta de citoquinas asociada a la presencia de SARS-CoV-2) sino a la neumonía asociada al uso del ventilador. En otras palabras, que en más de la mitad de los pacientes con cuadro COVID-19 que eran intubados, era la misma intubación la que provocaba un cuadro recalcitrante de neumonía.

Por eso concluyeron los autores que la importancia de la neumonía asociada al uso del ventilador como factor de riesgo de muerte en pacientes con COVID-19 ha sido subestimado, y dicen, además que si los episodios de neumonía asociada al uso del ventilador, más que la neumonía viral primaria, es la que contribuye a la mortalidad en un porcentaje de pacientes con COVID-19 severo, entonces esto explicaría el por qué las terapias que atenúan las respuestas pro-inflamatorias del paciente (como la cortisona, antagonistas de IL-6, inhibidores JAK2, etc.) [nota de KAW: y, por ende, el uso de inmunomoduladores de la respuesta inmune, como la ivermectina] eran más efectivas cuando se administran temprano durante el cuadro clínico. Si estos tratamientos se hubieran administrado, entonces no hubiera habido necesidad de intubar, y el riesgo de que ocurriera una neumonía asociada a la ventilación no se hubiera dado.

O sea, que Gao y colaboradores (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37104035/) han encontrado, mediante el uso de ‘aprendizaje por computadora’, una nueva explicación de lo que muchos dijimos desde hace más de dos años y medio (al menos). Es decir, no solamente es el barotrauma en pacientes con COVID, provocado por el daño mecánico de la presión positiva al administrar el oxígeno (que, por cierto, se siguen publicando estudios al respecto, como este reciente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36875553/), sino que, también, en los pacientes con cuadros COVID-19 severos, que tienen una desregulación inmune, la intubación/ventilación mecánica tiene un alto riesgo de ocasionar neumonías como una consecuencia de ese procedimiento.

Qué pena que los médicos (no todos, por supuesto, pero muchos) simplemente no quisieron o no pudieron entender la patofisiología de la enfermedad, y emplearon protocolos como la intubación en vez de la terapia temprana. Así, en vez de incrementar la posibilidad de sobrevivir de los pacientes que tenían ese alto riesgo de tener cuadros de inflamación excesiva y desregulada, incrementaban el riesgo de morir. Iatrogenia, pues. Al fin y al cabo, la ignorancia no es justificación.
No hay forma de cambiar lo que ocurrió durante estos tres años, ni habrá forma de que las personas que perdieron a seres amados a consecuencia de estos procedimientos mal empleados por desconocimiento de la patofisiología de la enfermedad reparen su pérdida, pero el conocimiento veraz necesita ser diseminado y entendido por médicos, profesionales de la salud y pacientes, para evitar que vuelva a repetirse una pandemia iatrogénica como la que se puede inferir a partir de este artículo, además de muchos artículos más sobre barotrauma secundario a las intubaciones en pacientes con COVID-19.
Les saludo y espero que esta información sea de utilidad para ustedes, Karina AW